“Estamos bien juntos, pero por ahora no pensamos en casarnos”

El viernes pasado, el Turco llegó a su departamento en San Telmo, besó a su mujer y le dijo: “Cariño, fin de semana de relax”. Y eso alcanzó. María Emilia (21) armó los bolsos, cargó el mate, ató las tablas de surf en la camioneta 4x4, subió a Ramón y a Nina (sus dos perros) y partieron rumbo a Mar del Plata. “Hace 30 años que hago surf, porque me sirve para desconectarme del mundo”, confió a sus amigos Naím Sibara (41), el hombre que nació en Banfield, al sur del Gran Buenos Aires, pero que de chico pasaba cuatro meses al año de vacaciones en Necochea. “El fue quien me transmitió un poco la pasión por la tabla. Hace dos años tomé mis primeras lecciones en Ecuador y ahora, cada vez que puedo y el trabajo me lo permite, chequeamos alguna página en Internet que nos diga cómo van a estar las olas y partimos”, confió la actriz de Casi Angeles.

 

Un relax merecido para cortar un 2008 vivido a full por los dos. Ella, haciendo el protagónico de una de las novelas más exitosas del país. El, tras participar en la obra de Gerardo Sofovich Le referí cornú, además de estar dirigiendo y actuando en La calavera, una película independiente –con guión propio–, donde narra la vida marginal de cuatro hijos de familias de clase media que perdieron casi todo: “La idea es terminarla el próximo año: ¡Espero que Panasonic nos siga prestando los fierros!”, se le escuchó decir al actor, que hace su primera experiencia detrás de la cámara.

Y como dicen que el mar y las olas despiertan el apetito, el domingo por la tarde, antes de regresar a Buenos Aires, el Turco y Emilia decidieron almorzar una picada de mar en un restaurante en el puerto, junto a unos amigos. Ahí, cuando los adolescentes los reconocían, se acercaban para pedirles fotos y autógrafos: “¡Son mis ídolos, sigo todo lo que hacen! ¡Y hace poco leí que se casan!”, dijo Florencia, una marplatense de 16 años. La respuesta a dos voces fue inmediata: “Estamos bien juntos, hace más de dos años que convivimos, pero por ahora no pensamos en casarnos”.

Pero Florencia tuvo su premio. Recibió en exclusiva la primicia de que pronto la pareja agrandará la familia: “Además de Ramón y Nina, a Emilia le están por regalar un Bichón Frisé, al que llamaremos Patti”. Después, besos, fotos y despedida. Almuerzo rápido y partida a Buenos Aires. Aunque seguramente, en el silencio del viaje, los dos imaginaron cómo sería una boda perfecta.